Creación del Teatro Nuevo – año 1900
“Cuando surge la iniciativa de la Sociedad Casino Mirobrigense “El Porvenir” para la “construcción y explotación de un teatro, un café, un casino, una fonda y un gimnasio” en Ciudad Rodrigo, ya está en el ánimo de todos la necesidad de contar en nuestra localidad con un habitáculo digno y que diera vida y animación a la ciudad. Aunque por entonces existía otro teatro denominado Principal, que se hallaba ubicado en el solar de la Casa de las Almenas –cedido por doña Águeda Nuñez de Ledesma al Hospital de la Pasión- y que se edificó en 1846 en la conocida calle del Enlosado, hoy del Cardenal Pacheco, entre la del Almendro y Talavera, era urgente, dado el lamentable estado de conservación del citado teatro, iniciar los trámites pertinentes para la construcción de un nuevo coliseo que albergara los múltiples actos que se estaban pensando para 1900, con motivo de la celebración de la Exposición Regional de Bellas Artes, Industria y Agricultura.
“Surgen los primeros proyectos para su construcción en 1875, pero hasta 1900 no se inician las obras. Está como director de obra el comandante de Ingenieros Aceituno, quien también es el autor de los planos de alzamiento del edificio. En un plazo de tres meses se completa la construcción del teatro y pasa a convertirse en la “honra no solo de Ciudad Rodrigo, sino de Castilla entera”, siendo “superior a cuantas alabanzas pudieran hacerse y habrá pocos en España tan cómodos, bonitos y modernistas. Caben en él 1.300 personas, y en su decorado se ha armonizado el blanco y oro de modo tal, que resulta un conjunto precioso”. Así lo afirmaba el periódico El Adelanto de fechas 27 y 28 de mayo de 1900.
“Era tal la expectación que había despertado la construcción del Teatro Delio, nombre que llevó originalmente, que una vez concluidas las obras se mostró al público antes de su inauguración oficial. Fue el 22 de mayo del citado año cuando la Sociedad Casino Mirobrigense “El Porvenir” encargó al pintor Ricardo Matos, decorador a la sazón de buena parte del nuevo teatro, que explicara a las 1.200 personas que allí se dieron cita los pormenores de la construcción del edificio, así como las funciones futuras que desempeñaría para fomentar el arte y la cultura de Ciudad Rodrigo.
“Los siguientes días sirven para realizar alguna representación teatral y también se pone en escena la zarzuela “Agua, azucarillos y aguardiente” que siempre estuvieron arropadas por un numeroso público y una expectación inusitada. El 27 de mayo se inaugura oficialmente con el inicio de los Juegos Florales y la posterior representación de la obra “La casa de Dios”. Fue algo indescriptible, digno para honrar a los dieciocho o veinte mil forasteros que, según Casiano Sánchez-Aires, se dieron cita en la vieja Miróbriga.
“Antes de finalizar la primera década del presente siglo la sociedad promotora del teatro se autodisuelve, pasando la gestión del mismo a manos privadas. A partir de esos años sufre una decadencia como centro cultural, aspecto que va unido a un deterioro funcional y físico del edificio que llevará a sus propietarios a una salida poco afortunada: es vendido para su demolición en 1980.
“Motivado por las innumerables protestas que a través de medios de información locales, provinciales y nacionales se alzan contrala destrucción del Teatro Nuevo, el propietario del edificio ofrece su venta al Ayuntamiento. Este, por no disponer de posibilidades económicas, en sesión plenaria de junio de 1980 acuerda no promover expediente de expropiación. Ante la continuación de las opiniones contrarias a la demolición del teatro, opiniones respaldadas por la Comisión Provincial del Patrimonio Histórico-Artístico, Dirección General de Bellas Artes y Ministerio de Cultura, se llega a un compás de espera que se resolverá con la decisión del actual Ayuntamiento en el sentido de adquirir definitivamente y para usos culturales el edificio denominado Teatro Nuevo. El 1 de marzo de 1985 se firma la escritura de compra, con la consiguiente alegría para cuantos lucharon de forma encomiable por la preservación de ese contenedor de la cultura mirobrigense, en especial de la Asociación Amigos de Ciudad Rodrigo que se volcó en la defensa del citado Teatro.
“Desde el comienzo de las negociaciones que llegaron a la municipalización del Teatro Nuevo, y con la predisposición de su propietario, se han realizado múltiples actos entre representaciones teatrales, conciertos, proyecciones de películas, conferencias, etc., recuperándose, asimismo, dicho local para el Pregón de Carnaval y el Baile de disfraces de los últimos años.
“Próximamente, a los largo de 1986, de acuerdo con la inclusión de nuestro teatro entre los que van a ser rehabilitados por la Dirección General de Arquitectura, dependiente del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, se iniciarán las obras de recuperación y acondicionamiento del Teatro Nuevo. Para ello ya existe un estudio previo del citado organismo con un presupuesto estimativo superior a los 81 millones de pesetas, partida que supondrá la recuperación de la parte con mayores deterioros y la puesta al día, en cuanto a medios técnicos se refiere, de las instalaciones que alberga, casi desde su inauguración, el teatro de Ciudad Rodrigo”.
Juan Tomás Muñoz Garzón: “De nuevo, el teatro”.
En Libro de Carnaval, 1986, nº 7, pp. 31-33.